domingo, 18 de octubre de 2009

¿URGENTE O IMPORTANTE?

El último trimestre del año suele ser un período de muy alta intensidad, donde la actividad comercial y profesional puede llegar a ser extenuante. Es tiempo de presupuestos, de políticas comerciales, de negociaciones anuales, de redacción y firma de acuerdos, de previsiones de cierre, etc. "No tengo tiempo, voy con la lengua fuera", es la frase más escuchada en estos momentos... ¿Qué podemos hacer?



Lo primero es identificar y tener siempre presente qué es urgente y qué es verdaderamente importante. Muchos directivos emplean principalmente su tiempo resolviendo asuntos importantes y urgentes; también asuntos muy urgentes pero nada importantes; pero lo inaudito es que no suelen emplear tiempo alguno en asuntos muy importantes pero poco urgentes, tales como buscar nuevas vías de crecimiento, establecer una estrategia correcta de futuro, buscar modelos de cohesión o innovar.


  1. El primer caso (urgente e importante) está directamente relacionado con el estrés, y si no gestionamos adecuadamente, estas situaciones pueden derivar en enfermedades y problemas de salud.


  2. El segundo caso (urgente pero no importante) está directamente relacionado con la expresión "apagar fuegos", y normalmente implica mucho trabajo con pobres resultados.


  3. El tercer caso (no urgente pero importante) es la clave: todos nosotros necesitamos parar y reflexionar para identificar qué es lo que queremos, dónde queremos llegar y cómo queremos conseguirlo. Identificar lo verdaderamente importante y priorizar las urgencias. Solamente así seremos dueños de nuestro trabajo y ganaremos en eficacia.


  4. Hay un cuarto caso (no urgente ni importante), que significa pérdida de tiempo, así que debemos evitarlo siempre.

En base a esto, debemos gestionar adecuadamente nuestro tiempo. Podemos optimizarlo siendo puntuales, reduciendo el número de reuniones y su duración, planificando, delegando en gente de confianza o delimitando el tiempo de lectura de correos electrónicos... Las jornadas de trabajo de 14 o 15 horas son improductivas del todo, ya que derivan en cansancio y falta de concentración. Por ello, hay que evitarlas en la medida de lo posible.

A modo de resumen, el proceso lógico es delimitar la importancia, priorizar lo urgente y gestionar adecuadamente el tiempo. Así cunden mucho más las horas...

sábado, 3 de octubre de 2009

HABLEMOS DE MOTIVACIÓN...

La motivación es un "ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia" (Diccionario de la Lengua Española). Esta definición alude a la mente, es decir, a la voluntad y el propósito que tienen las personas para conseguir algo mediante una acción concreta. Entonces, ¿por qué muchas empresas creen que la motivación se encuentra únicamente en algo puramente material como puede ser un bono o una comisión?

La motivación va mucho más allá porque afecta a las emociones de las personas, a su voluntad de mejorar cada día, a su ilusión y a su creatividad, a la búsqueda continua de su desarrollo personal y profesional, a la pasión que imprimen en su trabajo y al sentimiento de pertencia a un grupo u organización. Como consecuencia, las empresas deben enfocarse en las personas e interesarse por entender y cubrir sus motivaciones, de tal manera que se sientan valoradas, que sientan que forman parte de un equipo y que sientan que el esfuerzo colectivo es la clave para el progreso de una organización, donde cada miembro debe cumplir unas funciones específicas con rigor y con precisión.



Para lograr que tengan este sentimiento, la organización se encuentra en la obligación de establecer unos objetivos agresivos pero alcanzables, "dejar hacer" para que sus empleados puedan ser creativos y asumir sus responsabilidades, facilitar la existencia de una comunicación transparente basada en el respeto, apoyar a sus empleados en los momentos de dificultad o cuando han cometido algún error, y dar confianza a las personas para que puedan realizarse y ganar en autoestima. Actuando así, seguro que lograrán  tener un equipo de personas fuertemente motivadas... ¿Por qué?

El secreto de la motivación

  • Si los objetivos son agresivos y alcanzables, los empleados estarán más alerta, romperán con sus límites, tendrán más coraje y crecerán en autoestima. Uno de mis grandes amigos, Carlitos Páez, superviviente del trágico accidente de avión que tuvo lugar en Los Andes en 1972, me comentó que el hombre no es consciente de todas las cosas que puede hacer hasta que se encuentra en una situación verdaderamente adversa. Si nos lo proponemos, todos podemos alcanzar nuestras metas, por muy difíciles que sean. Y cuando conseguimos nuestros objetivos, nuestra autoestima crece de forma importante.


  • Una compañía que "deja hacer" a sus empleados, estimulará su creatividad, hará que pierdan el miedo a equivocarse si aprenden de sus errores y permitirá que sigan intentado mejorar cada día. Las personas serán cada vez más responsables y se marcarán desafíos cada vez mayores; sólo entonces serán capaces de jugar para ganar y no para no perder... En este sentido, un compromiso con la formación de los empleados para que puedan tener libertad de actuación es básico por parte de la empresa.


  • Si la información fluye de manera transparente, las dudas y los rumores dejarán de tener protagonismo, los empleados sabrán perfectamente qué objetivos persigue la empresa y cuál es su papel dentro de la organización. Por su parte, la empresa conocerá las inquietudes de sus trabajadores, aprenderá de su experiencia y tendrá la posibilidad de escuchar nuevas ideas y aportaciones.


  • Las relaciones profesionales deben desenvolverse en un marco de respeto. Esto significa crear un clima donde se escuche al empleado de manera sincera y atenta, considerando el punto de vista de los demás y contemplando la posibilidad de cambiar el nuestro si nos convencen sus argumentos. Además, la comunicación debe ser directa y en un tono apropiado: no por levantar la voz se tiene más razón...


  • Dar confianza a los empleados es vital para una compañía que desee progresar. Lo único que conseguirá una cultura que genere miedo al fracaso será la falta de creatividad y de motivación, ya que si se castiga mucho el fracaso, los empleados tendrán miedo a sacar lo mejor de sí mismos. La creatividad surge cuando buscamos alternativas y vías de escape ante los problemas a los que nos enfrentamos. Y cuando conseguimos superar algo que parecía imposible, nos sentimos especialmente orgullosos y preparados para afrontar futuros retos.


  • Lógicamente, las empresas también tienen que recompensar las acciones bien realizadas y la consecución de objetivos a través de un sistema de incentivos adecuado, que reconozca una labor bien hecha, una consecución de objetivos cuantitativos y un trabajo de calidad, basado en las soluciones sólidas, la creatividad, la inteligencia, la eficacia y el trabajo en equipo.

Por último, quería dejar constancia de que para motivar a las personas es fundamental pensar qué tipo de actitudes estamos fomentando, cómo lo estamos haciendo y en qué momento estamos premiando ciertos comportamientos, ya que si el reconocimiento no viene en su justo momento, el efecto podría ser adverso. Pero de esto, hablaré en otro post...