Una Empresa Familiar es aquella empresa en la que la familia tiene el control accionarial y de gestión a través de los órganos de gobierno, y en la que todos los propietarios (accionistas) comparten una misma visión y una misma cultura empresarial.
La particularidad de este tipo de empresas es que la influencia de la familia es enorme y condiciona la cultura y la dirección de la misma.
Casi todo el mundo asocia Empresa Familiar con pyme, y no siempre es así: me vienen a la cabeza algunos ejemplos de Empresas Familiares españolas que distan mucho de ser pymes: Ferrovial, Acciona, Inditex, Mercadona y Prisa, entre otros, son grandísimos grupos de empresas cuya propiedad está en manos de una o más familias.
La importancia de este tipo de empresas para la economía española es enorme, ya que según cifras oficiales del Instituto de Empresa Familiar, el número estimado de Empresas Familiares es de 2,8 millones, lo que supone un 80% del número total de empresas. Además, generan el 70% del PIB y el 75% del empleo privado, o lo que es lo mismo, 13.5 millones de personas.
Además, son compañías generadoras de riqueza y de innovación, lo que les hace básicas para el progreso y la competitividad de la economía española. Así pues, parece que queda demostrado que debemos prestarles una atención especial.
Pero... esta atención ¿es la misma que se le da a una empresa no familiar? ¿Se dirigen de igual manera? ¿La asesoría debe ser la misma?
La respuesta es rotunda: NO. las Empresas Familiares tienen unas características únicas y diferentes que obligan a dirigirlas, gestionarlas y asesorarlas de una forma particular. El factor familiar nos lleva a ir más allá de la consultoría tradicional, ya que los vínculos familiares y la cultura de los miembros de la familia definen el día a día de la compañía, de su entorno y de los empleados que trabajan en ella.
La semana que viene definiré con algo más de detalle cómo deben gestionarse las Empresas Familiares y cuáles son los factores que las hacen diferentes. No sólo entran en juego los aspectos de la Empresa y la Propiedad, sino también los de la Familia...
La particularidad de este tipo de empresas es que la influencia de la familia es enorme y condiciona la cultura y la dirección de la misma.
Casi todo el mundo asocia Empresa Familiar con pyme, y no siempre es así: me vienen a la cabeza algunos ejemplos de Empresas Familiares españolas que distan mucho de ser pymes: Ferrovial, Acciona, Inditex, Mercadona y Prisa, entre otros, son grandísimos grupos de empresas cuya propiedad está en manos de una o más familias.
La importancia de este tipo de empresas para la economía española es enorme, ya que según cifras oficiales del Instituto de Empresa Familiar, el número estimado de Empresas Familiares es de 2,8 millones, lo que supone un 80% del número total de empresas. Además, generan el 70% del PIB y el 75% del empleo privado, o lo que es lo mismo, 13.5 millones de personas.
Además, son compañías generadoras de riqueza y de innovación, lo que les hace básicas para el progreso y la competitividad de la economía española. Así pues, parece que queda demostrado que debemos prestarles una atención especial.
Pero... esta atención ¿es la misma que se le da a una empresa no familiar? ¿Se dirigen de igual manera? ¿La asesoría debe ser la misma?
La respuesta es rotunda: NO. las Empresas Familiares tienen unas características únicas y diferentes que obligan a dirigirlas, gestionarlas y asesorarlas de una forma particular. El factor familiar nos lleva a ir más allá de la consultoría tradicional, ya que los vínculos familiares y la cultura de los miembros de la familia definen el día a día de la compañía, de su entorno y de los empleados que trabajan en ella.
La semana que viene definiré con algo más de detalle cómo deben gestionarse las Empresas Familiares y cuáles son los factores que las hacen diferentes. No sólo entran en juego los aspectos de la Empresa y la Propiedad, sino también los de la Familia...