domingo, 28 de febrero de 2010

SER GANADOR...

El otro día charlaba con el Director Comercial de una empresa española de reconocido prestigio, y me contó que estaba contento porque parecía que por fin un competidor directo suyo iba a cerrar… Me dejó estupefacto. ¿Realmente alguien puede estar contento con una noticia como ésta? ¿Es una mentalidad ganadora?

Esta persona está apostando a no perder, nunca a ganar. Parece que no cree en sus posibilidades, y ya decía Henry Ford que “si crees que puedes o crees que no puedes estás en lo cierto”. Un pensamiento perdedor lleva a perder… así que la única manera de ganar es teniendo fe en que lo vamos a lograr. No implica que siempre lo consigamos, pero por lo menos vamos a contar con probabilidades ciertas de conseguirlo.

Una mentalidad ganadora se basa en 4 convicciones firmes:

1. ¡Es posible! Se trata de tener fe en nuestras posibilidades, nuestro entorno, nuestra compañía, nuestros compañeros, nuestros empleados… Se trata de tener fe en que existe una manera de conseguir las cosas y lo único que tenemos que hacer es encontrarla. Tenemos que interiorizar que, mientras creamos que es posible, esa posibilidad existe… En cambio, si nos damos por vencidos, la posibilidad desaparece del todo.

2. ¡Tenemos armas! Si tenemos talento, ganas e ilusión, es seguro que lo conseguiremos. Las armas que tenemos somos nosotros mismos, están en nuestro interior. Tenemos VALOR y VALORES. Si verdaderamente queremos algo, idearemos la mejor alternativa para conseguirlo…

3. ¡Lo vamos a lograr! Cuatro ojos ven más que dos, y cuatro manos valen más que dos. Tenemos que tener consciencia de que el trabajo en equipo es imprescindible para alcanzar el éxito; no podemos pensar en nuestras propias cuentas de resultados o en nuestro éxito en particular, sino considerar que si uno gana, ganamos todos.

4. ¡Depende de nosotros! Esto es lo que verdaderamente diferencia al winner del looser. El ganador asume que depende de sí mismo triunfar, lograr una venta o alcanzar unos objetivos. El entorno, el mercado, las circunstancias y las personas que le rodean le condicionan y le afectan sin lugar a dudas, pero la clave está en asumir no ser víctima de las circunstancias y, sobre todo, en su manera de responder y hacer frente a estas situaciones. No esperemos a que llegue la solución, sino actuemos y vayamos a por ella: DEPENDE DE NOSOTROS.

Por eso, nunca puede ser una alegría que un competidor vaya a cerrar, porque si no actuamos y no nos olvidamos de lo difíciles que están las cosas, ese “trozo de pastel” que quedaría libre nunca nos lo podríamos comer nosotros, sino que lo harán aquellos que, en vez de esperar, han ido trabajando y avanzando…

Termino con una frase que alguien me dijo un día: “Si quieres lograr lo que aún no has alcanzado necesitas hacer lo que aún no has intentado.” Sabio consejo…

domingo, 7 de febrero de 2010

APOSTAR POR EL TALENTO

Hemos pasado de una economía industrial a una economía de información, servicios y alta tecnología, en la que se necesitan cada vez más trabajadores de conocimiento para cubrir determinados puestos clave dentro de una organización. En estos puestos, un gran talento genera un valor exponencial, y esto ha llevado a que las empresas cada vez tengan más claro que necesitan talento dentro de su organización.

Desgraciadamente, el talento en nuestro país es escaso. Esto conlleva que exista una gran demanda de talento, pero muy poca oferta y, como consecuencia, el poder ha pasado de manos de las empresas a manos de los trabajadores talentosos, que tienen más facilidades para cambiar de trabajo (ya no supone un estigma) y encontrar una oferta más atractiva a sus intereses profesionales: un nuevo reto, un proyecto atractivo o un incremento de sus condiciones económicas.


Por tanto, es la empresa la que tiene que tener claro que si quiere conseguir sus metas y tener éxito, tiene que disponer de un mejor pool de talento y mantenerlo en el tiempo. Para ello, es imprescindible crear las condiciones óptimas para captar y retener talento. ¿Cómo pueden conseguirlo?

  • Desarrollando la capacidad de sus trabajadores. Una empresa debe asumir riesgos, ser proactiva, innovadora y facilitar los trámites burocráticos. Como consecuencia, los directivos deben fomentar las conductas ambiciosas y proactivas a pesar de los riesgos que conllevan, deben dejar trabajar a sus equipos y colaboradores y facilitar que aporten ideas, aunque se equivoquen de vez en cuando... Las compañías necesitan PERSONAS que posean una actitud que les permita ser verdaderos agentes dinamizadores y catalizadores de cambios, independientemente de su posición jerárquica en la organización. La buena actitud está plenamente ligada al individuo, y está fundamentada en unos buenos hábitos, unas expectativas positivas adecuadas, y unas adecuadas estructuras mentales y el correcto equilibrio emocional. El talento no es cuestión de trabajo, de número de cabezas, o de puestos cubiertos, sino que es una cuestión de quienes puntúan en una escala DIFERENTE, de quienes son realmente distintos...

  • Creando una cultura de apertura al mercado. Una compañía debe establecer un conjunto de criterios bajo los cuales los integrantes habrán de auto-gobernarse, y un conjunto de directrices que les permitirá desarrollar los adecuados hábitos al respecto. Así, está obligada a abrirse al mercado y contar con freelance o contratistas independientes que sepan desarrollar con éxito un determinado proyecto o una determinada ocupación. El empleo de por vida ha terminado, la mayor parte de los profesionales pasarán largos períodos en alguna forma de "autoempleo" y las empresas deben aprovecharse de ello.

  • Fomentando nuevas estructuras organizativas. Las rígidas estructuras con muchos eslabones en la cadena de mando no tienen lugar en un entorno innovador: actualmente son necesarias las estructuras ligeras y flexibles descentralizadas al máximo, pero con tareas y responsabilidades definidas. La nueva organización tiene en los equipos como pieza fundamental y éstos deben estructurarse alrededor de líderes que saben que no son los que deben dar todas las soluciones, sino que su misión en muchos casos es formular preguntas que no tienen fácil respuesta, y por ello deben contar con los demás miembros de su equipo. Para construir equipos de trabajo multidisciplinares, se hace necesario dotar a la Organización de verdaderos coachs (entrenadores), que ayuden a aquellos que en su organización necesitan encontrar patrones de conducta, y potencien las relaciones entre las personas.

  • Gestionando adecuadamente el autoaprendizaje. Todas las organizaciones que están en un entorno competitivo turbulento y dinámico, deben perseguir procesos de aprendizaje que permitan un cambio en el comportamiento y la mejora en el desempeño. Y todo ello incluye la obtención del conocimiento, saber difundir la información, interpretarla, consensuarla y sobre todo, ponerse en funcionamiento a través del correspondiente cambio organizacional y de comportamiento. Hay que tener siempre en cuenta que muchas de las normas e hipótesis de mercado tradicionales simplemente ya no son válidas: eso hace que decisiones y comportamientos que hace un tiempo eran correctas, ahora ya no lo sean tanto... Tenemos que aprender a evolucionar con las nuevas reglas del mercado.
Por tanto, resulta evidente que es necesario facilitar toda la información a todos los trabajadores para que alcancen una gran capacidad de automotivación y desarrollen una gran constancia y concentración. Solamente así conseguirán que sean creativos e innovadores...
  
El mercado ha cambiado. Ante los competidores avezados no podemos hacer lo de siempre: tenemos que combatirles con sus propias armas: desarrollando el talento y la capacidad de reinvención creativa en toda la Organización. Para ello, las empresas deben saber estimular a sus integrantes, para conseguir PERSONAS DE ALTO RENDIMIENTO, y sus directivos deben crear los climas propicios para éstas, apoyando la puesta en práctica de ideas valiosas y potenciando a las personas que son un verdadero foco de innovación.

¡Apostemos fuerte por el talento!